Me encuentro perdida, entre el olor a libros viejos y sus historias.

Me encuentro perdida, entre páginas en blanco que piden ser trazadas.

Me encuentro perdida, entre montañas y la gruesa capa blanca que arropa las mañanas.

Me encuentro perdida, entre el azul del cielo y el frío que cala los huesos.

Me encuentro perdida, entre café andino, cortado con leche recién granjeada.

Me encuentro perdida, entre amor y calma, entre luz y melancolía.

Me encuentro perdida, entre el agua cristalina, elixir para el sediento.

Me encuentro perdida y no deseo ser encontrada.

L. J. Rodríguez